Nuestros Destinos

Agencia receptiva especialista en organización de viajes por   Andalucía y Marruecos

Dos destinos en los que  hace mil años  no  tenían fronteras y era el lugar  donde  el esplendor y la cultura brillaba  por todas partes .

Era una región puntera que  se llamaba  Al Andalus  

ESTRECHO DESDE EL AIRE

Andalucía  

Es una región al sur de España con mucha personalidad,  su nombre nos trae a la memoria una serie de tópicos de España  como son las mujeres bellas, el baile con castañuelas, el flamenco, las procesiones de semana santa , los toros de lidia, el vino de Jerez,  grutas y carromatos de  gitanos, sol total, playas  vírgenes....  pero Andalucía es  mucho más , es gastronomía, es cultura y sobre todo es diversión , pues no sabemos entender la vida de otra manera.

 

VIAJAR A ANDALUCIA 07

 

Marruecos

Es un país ancestral,  es diferente, nada más cruzar la calle del agua, también conocida como el Estrecho de Gibraltar que ves en la foto, descubrirás que entras en otro mundo, en otra cultura.  Viajar a  Marruecos no es hacer turismo, no es coleccionar paisajes arte o gastronomía, no es conseguir un sello más en el pasaporte. Conocer Marruecos es una explosión de los cinco sentidos, la vista, el oído, el olfato ,el gusto y el tacto todos a la vez en una tensión gozosa e inolvidable.

SIEMPRE TANGER 04

La vista nos permitirá guardar en nuestra memoria playas vírgenes, ciudades de leyenda, montañas majestuosas y rincones mágicos.  El oído nos deleitará con su música, sus muecines llamando a la oración, su ruido y su silencio. El gusto, el gusto...La cocina marroquí nos introduce en dos paraísos para el paladar, por un lado la recuperación de sabores perdidos en el camino de la agricultura transgénica y por otro el descubrimiento de sabores nuevos. Déjate enamorar por las masas transparentes y quebradizas, la  miel, las almendras, las mil y una especias, el cordero o un sorbete de pétalos de rosa. El olfato nos hará disfrutar de la yerbabuena, la dama de noche, el limón, el cuero, la canela, el ajonjolí, el cuero, los tintes de tejidos o el desconcierto nasal de infinitos matices del bazar. El tacto nos va a conducir a la caricia de sedas, alfombras, piel, joyas, cerámica, mimbre, cristal, madera o piedra. La religión que no permite imágenes muestra su esplendor en el encaje de su piedra.